falling
"Nadie enciende una lámpara para esconderla detrás de la puerta: el objetivo de la luz es dar más luz, abrir los ojos, mostrar las maravillas a su alrededor." Siempre me he considero la lámpara o la persona erronea que hace eso. Que se esconde detrás cuando no quiere brillar. No quiero, no lo deseo. Por más que me digan lucecita, o hermana, o hija. Siempre seré la Lucianne que caminó por el camino equivocado. Aunque a veces... creo que tomé el camino largo y doloroso. Olvidandome del fácil.

LOVE
Can you search down inside let go of your pride? If I forget trying to win and just let you in.
El cambio, la diferencia, el dolor, la sangre, la felicidad. Todo junto formando lo que ahora soy. Un cambio del que no me cansaría, una y otra vez.
FOREVER IS A LIE
"La demostración de que el egoísmo no llegó a ningún lado, de que no pude salvar a alguien. Del otro lado del cuarto en esa cama donde siempre me recuesto tratando de recordar a mi primo, sigue el ejemplo de mis errores. Y un 'nada es para siempre' grabado en mi memoria.".

Love Gone Wrong
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009.
sábado, 3 de abril de 2010 17:44
[ 19 de octubre]

Sentados a la mesa ambos dos, padre e hija, “desayunaban” mientras que Cedric Black aún no se levantaba. Fred había extendido una servilleta sobre su regazo y revolvía su chocolate caliente de manera sutil, observando a Lucianne con nostalgia aunque sus ojos brillaban alegres y la sonrisa no se borraba de su rostro desde que habían llegado. La habitación gobernada por los colores claros parecía bañada en una luz blanca ahora que el sol acababa de salir por completo, Fred solía madrugar después de todo para ocuparse de su rutina y la casa, le gustaba ayudar a la empleada por lo que se la tenia más cómo una compañía y apoyo en aquellas cosas que el no podía realizar y la falta de una figura femenina en el crecimiento de L, siendo que ella misma había sido su nana desde siempre.
Lucianne revolvió la taza de su café con leche, intimidada por la mirada de su padre seguía con la cabeza gacha nerviosa, mezclando y mezclando el café nerviosa. Había bajado a "desayunar" sin nervios pensando que Cedric iba a estar con ellos, la menos iba a sentirse menos nerviosa si estaba su compañero. Pero no estaba y el silencio la estaba matando, sobre todo con su padre-. Raine Kenzo me dijo que te mandará saludos -habló rápido, casi sin darse cuenta por que, como siempre nombrando a su prima cuando no sabía que decir-.
-Se sonrió asintiendo antes de llevarse la taza a la boca, no comprendía la actitud de su hija y tampoco la razón por la cual se le veía tan incomoda en su presencia- Y tú? Cómo te va en Scatagh, te gusta? Ayer tú amigo respondió por ti por lo que vuelvo a preguntar.
Si... -respondió imitando la acción de tomar de su taza. Cuando dejó la taza sobre la mesa suspiró cansada de la actitud que tenía y decidió empezar a decir la verdad frente a los ojos tiernos de su padre-. Cuando me fui pensé que odiaba el lugar, pero me confundí... lo extraño a pesar de todo. Aunuqe haya gente falsa y con malas intenciones. Aunque deberían sacarme el puesto de prefecta, soy un completo desastre directo hacia la decepción e imperfección. Pronto se dara cuenta el director y me eche del colegio por incompetente. A veces es mejor que Cedric hable -respondió en tono de broma lo final mientras tomaba el café para tomar algo de aire entre tanta confesión.
-Luego de escuchar con detenimiento todo cuanto decía finalmente rió con propiedad y entusiasmo del que se soltara, reposando la taza para recargar los codos en la mesa a pesar de que fuese de mal gusto- No te echarán, Lucianne, eres una buena chica y lo suficientemente inteligente. En cuanto a lo de prefecta, yo nunca quise el titulo cuando me lo ofrecieron en Thypick y es por ello que no lo acepté jamás. Pude haber sido inteligente, correcto y compañero de todos, pero algo que no tuve ni tengo es autoridad sobre los demás o una voz para protestar –Volvió a reír esta vez de si mismo, encogiéndose de hombros- Nunca podría haber regañado a mis amigos por algo y no me siento decepcionado por ello.
-Abrió la boca varias veces para acotar mientrás Fred hablaba pero se detenia a cada instante, cuando dejó de hablar se encontró frente un debate. Con las palabras haciendo eco en su mente, lo último que había dicho logró un eco mayor, dandole un leve escalofrío-. Entonces te sientes decepcionado por que he dado castigos más que hablar con las personas con las que podría entablar una amistad? -preguntó dudosa dejando la taza sobre la mesa y llevando las manos hacia su regazo.
-Me siento decepcionado de que creas que estoy aquí para juzgarte, cómo tú padre te adoro Lucianne y lo único que me gustaría ver es que te preocuparas por ser más tú misma que lo que yo quiero que seas. Porque lo único que yo quiero es a mi pequeñita –Sonrió levantándose de la mesa, tomando la taza y su bandeja en manos camino a la cocina para lavarlas una vez acabó-
-Se puso de pie casi al instante que Fred empezaba a dejar la sala. Tomó su taza, todavia con café dentro, y siguió a su padre hasta la cocina. Trató de entender lo que su padre le decía, a pesar de que no entraba en sus pensamientos. Caminó hasta él y hasta tuvo el impulso de abrazarlo, pero solamente se puso a su lado-. Pero... tengo que ser la mejor, no? Por eso soy prefecta. He visto tu historial y es perfecto. Tendría que ser igual... en vez de... salir en un fotolog de chismes.
-Pues yo salí en un fotolog así cuando tuve algo parecido a… una novia, no fue exactamente cómo yo le hubiese llamado –Le comentó acomodándose frente al fregadero, abriendo la llave del agua para enjuagarlas- Tú ya eres perfecta para mí, y quizá yo tenia demasiado tiempo libre cuando iba al instituto cómo para no dedicarme a estudiar. Que puedo decir? Soy un fanático de los libros, pero eso no significa que tú tengas que ser así también. Lucianne, ser prefecta no es ni siquiera un hobbie, es solo una manera de hacer el trabajo para el directivo más sencillo.
Tú puedes ser la mejor en lo que más te guste y para mi estará bien, quiero que seas alegre y quiero que algún día puedas darte vuelta y estar orgullosa de cuanto has hecho –Mientras decía todo esto, cerró la canilla reposando las manos mojadas en el borde de la mesada mientras le prestaba toda su atención- Para cualquier padre su hija es la mejor de todas y yo no soy la excepción.
-Apoyó la espalda en la mesada, mirando el mínimo movimiento de sus zapatos, incapaz de levantar la vista ante el miedo y la verguenza-. ¿Estás seguro? Soy un verdadero desastre, papá -se detuvo unos minutos dejado escapar una risa al recordar sus primeras palabras, sobre la feucha de Anna-. ¿Saliste en ese fotolog por una "novia"?
-Cómo te dije, en aquel entonces no tenia cierto tipo de voz. Me pidió que se lo pidiera y lo hice solo por verle feliz, de todos modos luego el escándalo fue que me engañase o algo así, no recuerdo con exactitud cómo paso ya que en ese tiempo viajaba de junto a William a Susan constantemente –Frunció los labios poniendo a escurrir los tensillos- Tú no eres un desastre, eres adolescente –Rió volteándose para sacudir las puntas se los dedos frente a su rostro salpicándole algunas gotas, antes de comenzar a secarse-
Lamentablemente. -Se secó las cara riéndose con las mangas de su camisa con tranquilidad. Se las arremangó luego de eso y giró el rostro para mirarlo con algo más de confianza después de ese pequeño detalle de su padre-. ¿Quien podría engañarte? ¿Cuál era el apellido? Por ahí hay algún hijo en Sacatagh al que pueda castigar.
Geller... Gueller, algo así -Rió pasandole un brazo por la espalda indicandole que caminase con el, dirigiendose a la puerta al jardín- Anna Gueller, pero no la culpo.
-Por que no? No hay nada peor que engañar o besar a otros. Hasta las relaciones humanas. Deberías culparla tu debías estar con... William, era tu obligación y deber -habló casi escupiendo las palabras con odio, sin referirse a su padre en realidad. Refiriéndose a todos. Caminó por el impulso de la mano de Fred hasta el jardín de la casa odiando que Cedric por ser tan... vago se perdiera todo eso-.
-Porque era mi obligación no la suya, ella tenia su derecho a hacer su vida y no le guardo rencor por ello –Caminó sentándose en una de las viejas hamacas del patio de manera infantil, aquellas que había construido para su hija el mismo hacia años- Lo único malo que hizo fue no decírmelo ella misma. Además gracias a ello conocí a tú madre, que aunque no es el mejor ejemplo, por ella te tengo a ti. Lo ves?
-Pero si quería hubiese esperado a que vuelvas. Y... es... el mejor ejemplo -susurró mientras se ponia de espaldas a su padre, poco acostumbrada a hacer eso. Sea escucharlo o hamacarlo en una simple hamaca. Apoyó las manos en las cuerdas pensativa-. Gracias.
-No, gracias a ti, Lucianne. Tú sabes que eres mi vida, y no solo me enorgullezco de ella porque eres mi mayor logro como persona sino porque en ti encuentro a todas las personas que alguna vez quise –Arrastró los pies en el césped bajo el, viendo hacia algún punto ciego delante- Tú completaste mi ciclo, y hoy puedo estar tranquilo de que tengo más de lo que algúna vez quise.

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[ 19 de octubre]

Sentados a la mesa ambos dos, padre e hija, “desayunaban” mientras que Cedric Black aún no se levantaba. Fred había extendido una servilleta sobre su regazo y revolvía su chocolate caliente de manera sutil, observando a Lucianne con nostalgia aunque sus ojos brillaban alegres y la sonrisa no se borraba de su rostro desde que habían llegado. La habitación gobernada por los colores claros parecía bañada en una luz blanca ahora que el sol acababa de salir por completo, Fred solía madrugar después de todo para ocuparse de su rutina y la casa, le gustaba ayudar a la empleada por lo que se la tenia más cómo una compañía y apoyo en aquellas cosas que el no podía realizar y la falta de una figura femenina en el crecimiento de L, siendo que ella misma había sido su nana desde siempre.
Lucianne revolvió la taza de su café con leche, intimidada por la mirada de su padre seguía con la cabeza gacha nerviosa, mezclando y mezclando el café nerviosa. Había bajado a "desayunar" sin nervios pensando que Cedric iba a estar con ellos, la menos iba a sentirse menos nerviosa si estaba su compañero. Pero no estaba y el silencio la estaba matando, sobre todo con su padre-. Raine Kenzo me dijo que te mandará saludos -habló rápido, casi sin darse cuenta por que, como siempre nombrando a su prima cuando no sabía que decir-.
-Se sonrió asintiendo antes de llevarse la taza a la boca, no comprendía la actitud de su hija y tampoco la razón por la cual se le veía tan incomoda en su presencia- Y tú? Cómo te va en Scatagh, te gusta? Ayer tú amigo respondió por ti por lo que vuelvo a preguntar.
Si... -respondió imitando la acción de tomar de su taza. Cuando dejó la taza sobre la mesa suspiró cansada de la actitud que tenía y decidió empezar a decir la verdad frente a los ojos tiernos de su padre-. Cuando me fui pensé que odiaba el lugar, pero me confundí... lo extraño a pesar de todo. Aunuqe haya gente falsa y con malas intenciones. Aunque deberían sacarme el puesto de prefecta, soy un completo desastre directo hacia la decepción e imperfección. Pronto se dara cuenta el director y me eche del colegio por incompetente. A veces es mejor que Cedric hable -respondió en tono de broma lo final mientras tomaba el café para tomar algo de aire entre tanta confesión.
-Luego de escuchar con detenimiento todo cuanto decía finalmente rió con propiedad y entusiasmo del que se soltara, reposando la taza para recargar los codos en la mesa a pesar de que fuese de mal gusto- No te echarán, Lucianne, eres una buena chica y lo suficientemente inteligente. En cuanto a lo de prefecta, yo nunca quise el titulo cuando me lo ofrecieron en Thypick y es por ello que no lo acepté jamás. Pude haber sido inteligente, correcto y compañero de todos, pero algo que no tuve ni tengo es autoridad sobre los demás o una voz para protestar –Volvió a reír esta vez de si mismo, encogiéndose de hombros- Nunca podría haber regañado a mis amigos por algo y no me siento decepcionado por ello.
-Abrió la boca varias veces para acotar mientrás Fred hablaba pero se detenia a cada instante, cuando dejó de hablar se encontró frente un debate. Con las palabras haciendo eco en su mente, lo último que había dicho logró un eco mayor, dandole un leve escalofrío-. Entonces te sientes decepcionado por que he dado castigos más que hablar con las personas con las que podría entablar una amistad? -preguntó dudosa dejando la taza sobre la mesa y llevando las manos hacia su regazo.
-Me siento decepcionado de que creas que estoy aquí para juzgarte, cómo tú padre te adoro Lucianne y lo único que me gustaría ver es que te preocuparas por ser más tú misma que lo que yo quiero que seas. Porque lo único que yo quiero es a mi pequeñita –Sonrió levantándose de la mesa, tomando la taza y su bandeja en manos camino a la cocina para lavarlas una vez acabó-
-Se puso de pie casi al instante que Fred empezaba a dejar la sala. Tomó su taza, todavia con café dentro, y siguió a su padre hasta la cocina. Trató de entender lo que su padre le decía, a pesar de que no entraba en sus pensamientos. Caminó hasta él y hasta tuvo el impulso de abrazarlo, pero solamente se puso a su lado-. Pero... tengo que ser la mejor, no? Por eso soy prefecta. He visto tu historial y es perfecto. Tendría que ser igual... en vez de... salir en un fotolog de chismes.
-Pues yo salí en un fotolog así cuando tuve algo parecido a… una novia, no fue exactamente cómo yo le hubiese llamado –Le comentó acomodándose frente al fregadero, abriendo la llave del agua para enjuagarlas- Tú ya eres perfecta para mí, y quizá yo tenia demasiado tiempo libre cuando iba al instituto cómo para no dedicarme a estudiar. Que puedo decir? Soy un fanático de los libros, pero eso no significa que tú tengas que ser así también. Lucianne, ser prefecta no es ni siquiera un hobbie, es solo una manera de hacer el trabajo para el directivo más sencillo.
Tú puedes ser la mejor en lo que más te guste y para mi estará bien, quiero que seas alegre y quiero que algún día puedas darte vuelta y estar orgullosa de cuanto has hecho –Mientras decía todo esto, cerró la canilla reposando las manos mojadas en el borde de la mesada mientras le prestaba toda su atención- Para cualquier padre su hija es la mejor de todas y yo no soy la excepción.
-Apoyó la espalda en la mesada, mirando el mínimo movimiento de sus zapatos, incapaz de levantar la vista ante el miedo y la verguenza-. ¿Estás seguro? Soy un verdadero desastre, papá -se detuvo unos minutos dejado escapar una risa al recordar sus primeras palabras, sobre la feucha de Anna-. ¿Saliste en ese fotolog por una "novia"?
-Cómo te dije, en aquel entonces no tenia cierto tipo de voz. Me pidió que se lo pidiera y lo hice solo por verle feliz, de todos modos luego el escándalo fue que me engañase o algo así, no recuerdo con exactitud cómo paso ya que en ese tiempo viajaba de junto a William a Susan constantemente –Frunció los labios poniendo a escurrir los tensillos- Tú no eres un desastre, eres adolescente –Rió volteándose para sacudir las puntas se los dedos frente a su rostro salpicándole algunas gotas, antes de comenzar a secarse-
Lamentablemente. -Se secó las cara riéndose con las mangas de su camisa con tranquilidad. Se las arremangó luego de eso y giró el rostro para mirarlo con algo más de confianza después de ese pequeño detalle de su padre-. ¿Quien podría engañarte? ¿Cuál era el apellido? Por ahí hay algún hijo en Sacatagh al que pueda castigar.
Geller... Gueller, algo así -Rió pasandole un brazo por la espalda indicandole que caminase con el, dirigiendose a la puerta al jardín- Anna Gueller, pero no la culpo.
-Por que no? No hay nada peor que engañar o besar a otros. Hasta las relaciones humanas. Deberías culparla tu debías estar con... William, era tu obligación y deber -habló casi escupiendo las palabras con odio, sin referirse a su padre en realidad. Refiriéndose a todos. Caminó por el impulso de la mano de Fred hasta el jardín de la casa odiando que Cedric por ser tan... vago se perdiera todo eso-.
-Porque era mi obligación no la suya, ella tenia su derecho a hacer su vida y no le guardo rencor por ello –Caminó sentándose en una de las viejas hamacas del patio de manera infantil, aquellas que había construido para su hija el mismo hacia años- Lo único malo que hizo fue no decírmelo ella misma. Además gracias a ello conocí a tú madre, que aunque no es el mejor ejemplo, por ella te tengo a ti. Lo ves?
-Pero si quería hubiese esperado a que vuelvas. Y... es... el mejor ejemplo -susurró mientras se ponia de espaldas a su padre, poco acostumbrada a hacer eso. Sea escucharlo o hamacarlo en una simple hamaca. Apoyó las manos en las cuerdas pensativa-. Gracias.
-No, gracias a ti, Lucianne. Tú sabes que eres mi vida, y no solo me enorgullezco de ella porque eres mi mayor logro como persona sino porque en ti encuentro a todas las personas que alguna vez quise –Arrastró los pies en el césped bajo el, viendo hacia algún punto ciego delante- Tú completaste mi ciclo, y hoy puedo estar tranquilo de que tengo más de lo que algúna vez quise.

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